domingo, 25 de septiembre de 2011

Perder algo siempre duele, cualquier recuerdo, cualquier anhelo del pasado que se interpone en nuestro camino al alzar la vista atrás como un espejo que refleja quien somos, somos la mezcla exacta de lo que hemos perdido por el camino y lo que hemos ido añadiendo y al perder un trozo de nosotros por mínimo que parezca se resquebraja el alma y nada vuelve a ser lo mismo y eso es lo que más miedo le daba a Gonzalo cuando miraba a Sandra a los ojos y la prometía el infinito, que el infinito se apagará porque al reflejarse en sus ojos eran el mismo y la sola idea de perderla le arañaba el corazón hasta el punto de dejarle una cicatriz imborrable llamada dolor. Pero esa herida no adopta siempre el mismo nombre, hay quien la bautiza como inseguridad, tristeza, miedo, soledad… Paula tenía una muy honda al no ser capaz de conectar su corazón con su pensamiento, su cuerpo con sus actos… estaba delante de la dirección que le indico el anciano pero a penas se atrevía a dar un paso hacia su interior pues si continuaba andando tendría que despedirse antes de su libertad y casarse con el compromiso de sacar adelante a la niña que jamás pensó tener, no podía abandonar pues se traicionaría si misma, Iris ahora era su reto y tenía que sacar fuerzas de su herida para poder continuar hacia adelante. Pero ella no era la única a la que le faltaban las fuerzas, Elisa se desgarraba los sesos pensando en una solución, sin saber muy bien que hacer lloraba observando el reloj pues las manecillas se llevaban el tiempo y ella seguía sin nada en el pensamiento, tan solo un vacío que la ponía aún más triste. Dolor, miedo, tristeza, resentimiento… Odiar por no amar, y amar para seguir viviendo.
Y aunque el amor le había dado la vida y el sentido de su existencia ahora ni el amor más puro la podía alejar de esa sombra oscura que la iba cubriendo a cada segundo que pasaba inmovilizando hasta el más mínimo suspiro, Sandra temiendo la evidencia se aferraba a la esperanza de un milagro pero el milagro no veía y su pulso cada vez era más débil y su voz cada vez era más frágil y ella tan solo esperaba un milagro...un minuto más de vida, una sonrisa... porque hasta el sentimiento más agrio se puede dulcificar con un muestra de cariño.
Elisa corrió a ver a su madre pero su padre se cruzo por el camino, no quería que entrará, no quería que la viera así pero Elisa no tenía otra opción, no podía perder el tiempo y con los ojos acuosos se enfrento a su padre, a sus tios y a todo el que se pusiera por medio y entro, entro en aquella fría habitación con los ojos cada vez más vidriosos y el corazón rompiendose un poco más, se sento a su lado y le regalo esa muestra de cariño que tanto esperaba, esa sonrisa cálida que contrastaba con la temperatura de su piel, la abrazo y lloro sobre ella, llegando el río a su caudal y la miro y volvio a abrazarla y rezo sobre su pecho para que mejoraba pero nada surgia efecto, y seguia lloviendo y su corazón inundandose y entre sollozos le contó todo, y le pidió ayuda y se lo siguio contando y reacciono, por fin la miro, con su pulso débil, con su frágil voz reaccionó y la dijo una y otra vez
Sandra: Gonzalo... diselo a Gonzalo, Gonzalo...
Y eso hizó con miedo a equivocarse busco a su padre de nuevo y le contó todo, temblando... una vez más y el la cubrió con sus brazos para tranquilizarla pero ni él estaba tranquilo, la miro a los ojos y la dijo
Gonzalo: no te preocupes... yo me encargo
Elisa: ¿que vas a hacer papa?
Gonzalo: déjalo en mis manos
Elisa: no puedo, si cometemos un error mama morirá
Gonzalo: eso no va a pasar
Elisa: tu la has visto...
Gonzalo: calla
Elisa: yo tampoco quiero pensarlo pero... joder ¿que podemos hacer? no me se me ocurre nada
Gonzalo: vete a casa, descansa... yo me haré cargo de todo
Elisa: ¿no me has entendido? nos matarán a todos
Gonzalo: no lo permitiré... Elisa, voya conseguir ese antidoto pero antes quiero que sepas que te quiero y que siempre te voy a querer pase lo que pase
Elisa: papá...
Gonzalo: shh... quiero que me prometes que te vas a mantener al margen y que no vas a cuestionar mis decisiones por extrañas que parezcan... prometemelo
Elisa: dejame ayudarte...
Gonzalo: me ayudarás si haces lo que te digo, prometemelo
Elisa: te lo prometo
Gonzalo: (sonríe) vete a casa y duerme...
Elisa: pídeme lo que quieras pero no me alejes del problema, quiero ayudar
Gonzalo: si te mantengo a mi lado no seré capaz de hacer nada por tu madre por miedo a ponerte en peligro, sabiendo que tu estas a salvo, tendré valor para continuar y la mente despejada para pensar
Elisa: esta bien... pero en cuanto tomes una decisión házmela saber... prométeme tú eso... por favor
Gonzalo: trato hecho
Elisa: y... cuídala por mi. Papá... mamá no va a consentir que esa bruja la mate ¿verdad? luchará... ya sabes como es
Gonzalo: tozuda como una mula, en eso se parece a ti (la besa en la frente) vete a casa con Caye y descansa
Cayetana: acompáñame, quiero presentarte a alguien (guiña un ojo a Gonzalo y se la lleva) mira ves a ese hombre que hay sentado al lado de la maquina
Elisa: ¿el guapo?
Cayetana: (ríe) si... el guapo, pues ese es Nacho tu tio
Elisa: que suerte tienen algunas...
Cayetana: (sonríe) y el chico que esta sacando una chocolatina de la maquina
Elisa: ¿como sabes que es una chocolatina?
Cayetana: porque es muy goloso... !Mateo!
Mateo: (se acerca) hola
Cayetana: te presento a tu primo. Ha estado unos días de viaje con su padre y por eso aun no los habías conocido pero ya estan aqui y te van a llevar a casa
Elisa: no quiero irme a casa...
Cayetana: ya has oído a tu padre... además te sentará bien
Elisa: ¿sabes algo de Paula?
Cayetana: Diego lleva un rato intentando localizarla pero parece habérsela tragado la tierra
Elisa: si la encuentras llámame
Cayetana: claro
Elisa: y... cuida de mi padre... a mi no me quiere cerca pero tu pasarás aquí la noche, no permitas que haga ninguna locura
Cayetana: ¿a que te refieres con eso?
Elisa: mamá va a salir adelante, lo siento aquí dentro
Cayetana: ¿que has querido decir antes?
Elisa: Mateo ¿verdad? vamonos... estoy agotada

Paula por fin se decidió andar, tomo aire, miró el edificio, atravesó su puerta, ya estaba dentro, pero seguía temblando. Busco al anciano y se puso delante
Paula: hola
Paco: hola (sonrió) ya pensé que no ibas a venir
Paula: comprenderá que no ha sido una decisión fácil de tomar
Paco: lo sé, y aceptaré cualquier respuesta
Paula: yo soy una chica sencilla, casi nunca he tenido una vida fácil, sinceramente no se que le puedo aportar a su nieta. Yo nunca me había planteado tener una hija y menos criar a una niña que ni si quiera es mía
Paco: no digas más... es suficiente... saldremos adelante
Paula: aún no he terminado. Yo no sé si voy a saber hacerlo, pero quiero intentarlo. A su edad yo hubiera dado todo para que apareciera una Sandra antes en mi vida
Paco: no entiendo
Paula: Sandra es mi madre... yo se que no es lo mismo porque ella ya tuvo una madre y además muy buena pero Sandra siempre me ayudo aunque no hubiera lazos de sangre de por medio y yo quiero hacer lo mismo con Iris, Paco quiero ayudaros, quiero cuidar de su nieta y por su puesto seguiré todas sus indicaciones, podrá verla cuando quiera, incluso si usted lo desea mi madre puede facilitarle un hogar cerca de nuestra casa
Paco: (se emociona) no sabe lo mucho que se lo agradezco, desde que murió mi hija tengo un sin vivir que me reconcome, estoy segura de que con vosotros va a ser muy feliz
Paula:¿puedo conocerla?
Paco: claro... venga conmigo
Entran en la habitación de la niña, esta está jugando con sus muñecos, parece feliz y ensimismada en su mundo por lo que tarda en darse cuenta de su presencia. Iris es una niña rubia de ojos claros, muy guapa y muy dulce, parece cuidadosa ya que sus muñecos no tienen ni un rasguño y los trata con mucho cuidado, en cuanto sienta a su nueva barbie en el sillón, los mira sonrientes
Iris: abuelo, ¿como puedo llamar a mi nueva muñeca
Paco: mmm a ver que piense ¿Diana?
Iris: no
Paco: ¿no te gusta? pues... Manoli
Iris: noooo es muy feo
Paco: pues había una moza en mi pueblo que era...
Iris: (ríe y se tapa los oídos) no... otra vez no
Paco: serás bicho... bueno... pensandolo bien Manoli no es un buen nombre para una muñeca
Iris: ¿entonces como la llamo?
Paco: quizás nos pueda ayudar a decidirnos mi amiga Paula ¿que te parece?
Iris: ¿cuál te gusta a ti?
Paula: (sonríe) ¿sabes? cuando yo era pequeña tenía una muñeca muy parecida a esa y se llamaba como mi mejor amiga ¿como se llama tu mejor amiga?
Iris: Cristina
Paco: yo a esa muñeca le veo cara de Cristina
Iris: me gusta
Paula: ya verás que contenta se pone cuando se lo cuentes
Iris: ¿quieres jugar conmigo?
Paula: claro
Iris: toma te dejo a Laura, yo cojo a Cristina, a Ray y a su perrito Spenser
Estuvieron un buen rato jugando, hasta que Iris empezó a bostezar
Paula: bueno señorita creo que ya es hora de irse a la cama, me ha dicho un pajarito que estas muerta de sueño
Iris: un poquito más... porfi abuelo
Paco: Paula tiene razón, ya es muy tarde, pero si te portas bien, te pones el pijama y te lavas los dientes te leo un cuento
Iris: vale...
Paco: dale un besito a Paula y vete a cambiar, que ya recojo yo los juguetes
Iris: (le dió un beso a Paula) ¿vas a volver otro día a jugar conmigo?
Paula: pues...
Paco: no la atosigues y vete a ponerte el pijama de una vez
Iris: adiós
Paula: adiós guapa
Paco: parece que le has caído bien
Paula: es una niña encantadora ¿cuando vas a decírselo?
Paco: esta noche, después de leerle el cuento... en cuanto arregle todos los papeles te llamó para vengas a recogerla
Paula: oye Paco... ¿Por que crees que Brenda escribió esa carta?
Paco: unos meses antes del accidente mi nieta enfermo, los médicos no sabían que la pasaba y ella cada vez se encontraba peor, tenía miedo de que Iris acabará en su situación y supongo que fue eso lo que le hizo decidirse a escribir esa carta
Paula: entonces... ¿estaba enferma cuando tuvo el accidente?
Paco: había mejorado mucho, casi estaba curada ya pero ya sabes como es destino y la muerte es muy caprichosa
Paula: no le molesto más, ya hablaremos y gracias por todo
Paco: gracias a ti por ayudarnos tanto
Nada más salir de allí le sonó el móvil, era Cayetana, le informo de la situación de su madre y salió corriendo hacia el hospital, mientras iba en el taxi no podía dejar de pensar en lo que le había dicho Paco unos minutos antes, que la muerte es caprichosa y su madre ya le había tentado en más de una ocasión, ahora era ella quien se sentía como una niña desprotegida y frágil, podía confirmarlo, esta vez si tenía miedo.
Elisa llegó a casa junto a Mateo, Nacho pasaría la noche en el trabajo arreglando unos informes
Mateo: ¿has cenado?
Elisa: si...
Mateo: bueno... da igual... si quieres hacemos palomitas y vemos una peli o calentamos un poco de leche y salimos al jardín, te ofrecería algo mejor pero en esta casa si no estoy yo no hay nada interesante
Elisa: te lo agradezco de verdad pero... no tengo hambre
Mateo: ¿seguro? creo que aun me queda media chocolatina, podemos compartirla, dicen que el chocolate es bueno para animarte
Elisa: de verdad, gracias por intentarlo pero aun que me comiera un barril entero de chocolate creo que no cambiaría de humor
Mateo: debe ser jodido eso de que tu madre este un poco mal pero seguro que se pone mejor
Elisa: !tu no tienes ni idea!
Mateo: lo siento...
Elisa: más lo siento yo... no tienes la culpa de nada
Mateo: y tu tampoco así que deja de amargarte, eres muy muy guapa y esa cara de amargada no te favorece nada, que si que me has impresionado, eres un pivón ¿lo he dicho? joder Mateo porque no piensas las cosas antes de soltarlas...
Elisa: (ríe) y tu eres muy gracioso y en otra situación estaría encantada de hacer planes contigo, me subes la moral
Mateo: (sonríe) vale pues quieras o no, vas a hacer planes conmigo
Elisa: ¿y si no quiero que vas a hacer? ¿me vas a obligar?
Mateo: no, pero me gustaría que aceptarás mi oferta
Elisa: bueno... lo intento pero si me pongo triste te callarás y me dejarás llorar sin rechistar
Mateo: lo acepto pero... a cambio impongo una regla. Esta noche esta prohibido pensar
Elisa: ¿de verdad crees que es posible?
Mateo: me comprometo ha intentar hacer todo lo posible para que no pienses
Elisa: (sonríe) me gusta tu idea
Mateo: sal al jardín y espérame en las hamacas y... !No pienses! en nada, bueno si quieres en ovejitas pero no te duermas
Elisa: (ríe) no tardes
Poco después fue al jardín con un bandeja que contenía dos vasos de leche y una montaña de gofres con chocolate
Elisa: que buena pinta...
Mateo: listo para comer... !al ataque!
Elisa: ¿donde has estado estos días?
Mateo: en Galicia, mi padre fue a firmar unos contratos y yo aproveche para pasar los días con un amigo que conocí en un campamento
Elisa: si te soy sincera nunca había oído hablar de ti
Mateo: joder pues yo de ti un montón, bueno peor más de tu madre, ya es como si la conociese, mi madre siempre me contaba todo de ella
Elisa: la mía también la echaba de menos
Mateo: pero tú la conociste hace poco ¿no?
Elisa: si bueno... pero una madre es una madre
Mateo: !cambio de tema! que como sigamos por este camino vamos a infringir la norma
Elisa: ¿tienes novia?
Mateo: que va
Elisa: que raro si eres un tio genial
Mateo: ¿tu crees?
Elisa: si (sonríe)
Mateo: oye... acabo de darme cuenta de que hoy es viernes
Elisa: ¿y?
Mateo: ¿te gusta Malú?
Elisa: me encanta
Mateo: hoy da un concierto cerca de aquí, son fiestas o algo así ¿te apetece que vayamos?
Elisa: se que estoy incumpliendo la norma pero no creo que sea buena idea a mi solo me apetece encerrarme en mi cuarto y llorar
Mateo: vale... vamos
Elisa: ¿que?
Mateo: que no voy a permitir que te hundas
Elisa: pero Mateo...
Mateo: vamos y cuando tu quieras me lo dices y volvemos, un minuto pues un minutos, media hora, 3 horas... lo que quieras
Elisa: déjalo... es un movida tengo que arreglarme y...
Mateo: (la coge en brazos) estas oficialmente secuestrada
Elisa: suéltame
Mateo: estas preciosa así, créeme
Elisa: (sonríe) no se como lo haces...
Mateo: ¿eso significa que te vienes?
Elisa: pero solo un rato
Mateo: (sonríe) guay
Llegan a la feria, ven el concierto, montan en las atracciones, bailan en las carpas, ríen, juegan a los camellos, Mateo gana un peluche y se lo regala a Elisa, siguen bailando... todos es mágico entre los dos, están sumergidos en una nube alejada del pensamiento. Cuando Elisa cambia la cara, él la abraza y todo vuelve a empezar, siempre encuentran esperanza en sus miradas, gratitud en sus sonrisas, sin duda pasan un buen rato juntos, pero se hace tarde y Elisa no aguanta más y rompe a llorar, se alejan de la multitud y se sientan en el suelo
Elisa: lo siento...
Mateo: vamonos a casa
Elisa: no puedo dejar de pensar en mi madre... si se muere no se lo que haría
Mateo: ey... eso no va a pasar
Elisa: hay cosas que no sabes y que no puedo contarte pero...
Mateo: tranquila... todo va a salir bien...
Elisa: gracias por esta noche, me lo he pasado genial
Mateo: ha sido maravilloso
Se miran fijamente a los ojos, Mateo le limpia las lágrimas, se acercan, cada vez hay menos distancia entre sus rostros, se sonríen, están muy cerca pero Elisa baja la cabeza en el momento exacto y ya desde la distancia le dice
Elisa: gracias primo

Gonzalo volvió a entrar en la habitación y ella pudo sentirlo, cuando lo tenía a su lado su pulso débil se hacia fuerte y su voz se hacia muda porque no necesitaban palabras para decir lo que sentían, sus miradas leían sus mentes y su alma herida se cubría de tiritas.Se tumbó a su lado, cogió su mano y la acarició sin descanso, en silencio paso junto a ella toda la noche, buscando el valor en la suavidad de su piel, sanando su dolor con lágrimas, esperando el momento de actuar, ocultando el miedo con sonrisas falsas. Y sin decir nada volvieron a despedirse, un beso marco la salida de la meta, un tierno y cálido beso que marchaba el inició de una carrera sin un final escrito.
Con la mirada perdida y el paso firme rompió la barrera del miedo y borró cualquier rasgo de temor en su rostro, desapareció el mundo ante sus ojos, únicamente veía su mirada infinita como un lucero que iluminaba su camino, aunque no estuviera a su lado, estaba consigo dándole fuerzas. Sin darse cuenta llegó a su casa y después a su despacho y revolvió los documento y cuando quiso pararse a pensar seguía buscando y vió los papeles entre la multitud y el mismo cambio el nombre Gloria por el suyo y se dirigió a comisaria y se declaro culpable y quiso pensar de nuevo pero podía pensar en ella ...